Primavera, Mario Higueras
El cielo canta
el cielo se mueve
el cielo salta,
el cielo se muere.
Los ruiseñores cantan
durante todo el día
escucharlos es
la voluntad mía.
El viento se agita,
el aire se cambia
haciendo volar una margarita
la naturaleza llega sabia.
Escuchando el sonido de la mañana
"kikirikí" los gallos cantando
todos los días lo escuchamos
a una temprana hora,
los gallos revoloteando.
La vida se acaba
los pájaros mueren
yo lloro cada mañana
esperando a que nuestro amor
se renueve.
Cuento, Irene González
El día en que ella nació todo era más bonito, los pájaros cantaban más alto, el mar estaba más azul y el sol brillaba con más intensidad. ¿Ella? ¿Quién es ella? La princesa de aquel pequeño reino apartado a las orillas del mar. Era tan bonita como el cielo de primavera y sus cabellos eran rayos de sol. Esa noche hubo una celebración en honor a la princesa, todo era perfecto. La luna cantaba y las estrellas bailaban al compás de la música.
Fue creciendo feliz, pero se dieron cuenta de que ella no era una niña como otras a la que le gustaba jugar a las muñecas. Le gustaba sentarse en la verde hierba a mirar el amplio cielo, durante horas y horas. Y cuando llegaba a su casa simplemente miraba por aquella transparente ventana.
Su madre, escandalizada, decía que se tiraba años mirando por la ventana; los mejores especialistas fueron a verla y aquella extraña costumbre de pasar días mirando el cielo se le quitó. Simplemente se dio cuenta de que no era necesario mirarlo todo el rato, siempre iba a estar allí.
Una mañana llamaron a la puerta de su habitación: "toc toc; toc toc". Sus padre había decidido desposarla. Ella aceptó, por ver feliz a su pobre padre que había caído en una terrible enfermedad.
Siguió creciendo hasta convertirse en reina y tener tres hijos preciosos. El nuevo rey tuvo que ir a la guerra. Y una hermosa mañana, mientras peinaba a su niño, le llegó la triste noticia de que su marido había muerto.
Ella, en contra de la voluntad del pueblo, decidió gobernar su reino sola. Y fue la mejor reina que habían tenido.
A su muerte, uno de sus hijos heredó el trono. Y así, generación tras generación, el trono se va heredando. Pero ellos nunca olvidarán a su hermosa reina.
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